Participación Escolar Actividad 10


¿A qué profesor no le gusta un alumno motivado, que pregunta y responde en clase y siempre está atento?

Conseguir elevadas cotas de participación en el aula es la premisa de la que parten muchos docentes cada día al entrar al aula. Pero es también una ardua labor que requiere de una coordinación de los educadores con el equipo directivo del centro y el propio sistema educativo. En esta entrada vamos a desgranar métodos para fomentar la participación.


La realidad de un aula no es siempre tan idílica como nos la imaginamos los docentes. Gran parte de los alumnos que tenemos frente a nosotros no nos está escuchando, o nos intenta escuchar pero no nos entiende. La participación en el aula está claramente condicionada por estos factores, a los que hay que sumar en algunos casos la timidez, el miedo al ridículo, las burlas del resto de la clase... Ante todos estos handicaps, el profesor tiene una tarea fundamental: implementar y promover la participación de sus alumnos.


La participación escolar se fundamenta en 4 pilares esenciales que vamos a definir a continuación:

1) Aprendizaje personalizadoLa participación vendrá de la mano del propio autoconcepto del alumno, del conocimiento que tengan ellos mismos de sus puntos fuertes puntos débiles.

2) Aprendizaje sin límite: no es necesario constreñir el aprendizaje a las horas lectivas diarias. El interés por aprender puede abarcar distintos momentos del día y diferentes espacio. La multiplicidad de intereses del alumnado propicia un mayor 

3) Aprendizaje dirigido y controlado por el estudiante: es el propio alumno quien se debe erigir como responsable de su éxito o fracaso. Para ello, hay que otorgarle desde las primeras etapas educativas cierto grado de autonomía, que será controlado e incrementado según avancen en los diferentes ciclos académicos. La participación viene de la mano y se dará en mayor o menor grado a partir del fomento de los intereses e inquietudes de los alumnos.

4) Aprendizaje basado en competencias: todas las etapas del aprendizaje deben estar pautadas por el manejo de competencias que sean demostrables para el propio alumno, es decir, saber para qué va a servirnos el conocimiento que queremos adquirir. Si un alumno no entiende que haciendo sintaxis aprenderá a escribir y leer cualquier texto que se encuentre en su vida laboral con soltura, o si no piensa que el cálculo mental le llevará a controlar sus cuentas diarias en pagos y recibos, nunca prestará la suficiente atención activa en clase. Al alumno hay que ubicarle en el mundo real, y entender que su realidad en el aula es una proyección de lo que se va a encontrar fuera, una "preparación" para su vida adulta.


Ante todo lo visto podemos sacar muchas conclusiones diversas, entre ellas una idea principal que se repite en todas: LOS ALUMNOS MUESTRAN MAYOR PARTICIPACIÓN CUANDO SE LES IMPLICA DIRECTAMENTE EN LAS CLASES Y LOS CONOCIMIENTOS IMPARTIDOS.


JORNADAS TEMÁTICAS EN EL INSTITUTO:

A partir de lo visto vamos a diseñar una propuesta concreta para promover el interés del alumnado, así como la participación conjunta con el profesorado y el centro.

La propuesta que yo lanzo es la siguiente: unas "Jornadas temáticas" en el centro, de tres semanas de duración, donde habrá un tema principal en torno al cual se trabaje en las asignaturas y a diferentes niveles.

Es un proyecto que requiere de la cooperación de todo el centro y todos los departamentos, y que ayudará a los alumnos también a crear una sensación de comunidad entre todas las clases y con el propio instituto.

Algunos ejemplos: el programa de Ciencia Viva del IES Pedro de Luna (Zaragoza), el Certamen de Ortopolicías del IES Maestro Francisco Fatuo (Ubrique, Cádiz), o la decoración navideña del IES Pintor Colmeiro (Silleda, Galicia).