La lengua de las mariposas Actividad 17
Hoy toca recomendación. En esta entrada vamos a hablar de una película de contenido educativo para enmarcarla después en una categoría propuesta por Octavi Fullat en su libro Paideia.
"La lengua de las mariposas" (1999) es una película del cineasta José Luis Cuerda, basada en tres relatos del escritor gallego Manuel Rivas.
Moncho (Manuel Lozano) es un niño de seis años que acude por primera vez al colegio del pueblo, donde el maestro don Gregorio (Fernando Fernán-Gómez) enseña de una forma atípica para la época: no pega en clase, no grita a los alumnos, y transmite valores como el respeto y la empatía. Así, el niño es guiado por el profesor y poco a poco aprende de ciencias, literatura, matemáticas, historia... Observando la enroscada lengua de las mariposas, la curiosidad de Moncho despierta, y comienza a descubrir y amar el mundo que le rodea.
Pero en 1936 se respira la tensión social y política de la incertidumbre. El golpe de estado va perpetrando en España, y los sublevados comienzan a hacerse con el poder. Los militares llegan al pueblo, y la gente debe posicionarse. Vecinos republicanos, entre ellos don Gregorio, son apresados por falangistas y exhibidos en la plaza, donde amigos y conocidos les increpan e insultan. Mientras el carruaje que los lleva a su muerte se aleja, Moncho comienza a tirar piedras a su venerado maestro al grito de "rojo", "ateo", "tilonorrinco", "espiritrompa", lanzando con toda la rabia en el cuerpo las palabras que con él aprendió.
La película tiene una doble lectura. Por una parte, el trasfondo histórico nos muestra la tensión que se respiraba en los meses previos al golpe de estado del 36. Además, nos sitúa perfectamente en el ambiente rural gallego de la España de la Segunda República. Desde la sublevación del 18 de julio, los militares se hicieron con el gobierno civil de todas las capitales de provincia de Galicia, y diversos grupos de falangistas fueron de pueblo en pueblo apresando y fusilando a militantes y sindicalistas de izquierdas, a defensores del gallego, a políticos y a docentes con métodos didácticos de la ILE. Las escenas finales de la película nos transportan y recuerdan esta cruda realidad justificada y silenciada durante el Franquismo y omitida durante la Transición.
Asimismo, a través de la relación de los protagonistas, Moncho y don Gregorio, el filme nos sumerge en la España rural de principios del XX, en las relaciones sociales y personales que se vivían dentro de un pueblo en aquellos años y en la metodología de una educación paupérrima en recursos y basada en los principios de la Institución Libre de Enseñanza. En la película podemos apreciar dos tipos de pedagogía que, lejos de ser contraproducentes, se entremezclan y casan a la perfección.
Por un lado vemos la pedagogía tradicional, propia de las escuelas rurales de principios del XX. En la relación entre don Gregorio con los niños de la escuela podemos observar los papeles claramente diferenciados, donde el maestro del pueblo se sitúa como figura de autoridad para alumnos y padres, imponiendo en el aula sus valores y normas. Aún así, don Gregorio demuestra no ser un maestro "al uso", distinto a lo que se espera de él en su época, pues nunca reafirma su posición mediante el castigo o la burla como armas, sino mediante la motivación a los jóvenes y la palabra como herramienta.
Pero además, esta película también es un claro ejemplo de una pedagogía personalista, en este caso entre los dos protagonistas: don Gregorio y su alumno predilecto, Moncho. En torno a ambos personajes gira toda la trama. Desde la primera escena se nos presenta al maestro como un docente atento, que toma al pequeño Moncho como su protegido y le enseña a comprender la naturaleza que le rodea en el mundo rural en el que está inmerso. En la escuela Rosalía de Castro, el maestro sigue una enseñanza laica y progresista. El niño aprende de él todo cuanto le rodea, desde los poemas de Antonio Machado hasta la anatomía de las mariposas.
Por si aún no te han dado ganas de descubrir este clásico del cine español, o si como docente o alumno necesitas un "chute" de motivación para seguir con la tediosidad del día a día y los conflictos que van surgiendo, aquí te dejo la escena del discurso que don Gregorio da al pueblo entero sobre la libertad y la educación:
Pero en 1936 se respira la tensión social y política de la incertidumbre. El golpe de estado va perpetrando en España, y los sublevados comienzan a hacerse con el poder. Los militares llegan al pueblo, y la gente debe posicionarse. Vecinos republicanos, entre ellos don Gregorio, son apresados por falangistas y exhibidos en la plaza, donde amigos y conocidos les increpan e insultan. Mientras el carruaje que los lleva a su muerte se aleja, Moncho comienza a tirar piedras a su venerado maestro al grito de "rojo", "ateo", "tilonorrinco", "espiritrompa", lanzando con toda la rabia en el cuerpo las palabras que con él aprendió.
La película tiene una doble lectura. Por una parte, el trasfondo histórico nos muestra la tensión que se respiraba en los meses previos al golpe de estado del 36. Además, nos sitúa perfectamente en el ambiente rural gallego de la España de la Segunda República. Desde la sublevación del 18 de julio, los militares se hicieron con el gobierno civil de todas las capitales de provincia de Galicia, y diversos grupos de falangistas fueron de pueblo en pueblo apresando y fusilando a militantes y sindicalistas de izquierdas, a defensores del gallego, a políticos y a docentes con métodos didácticos de la ILE. Las escenas finales de la película nos transportan y recuerdan esta cruda realidad justificada y silenciada durante el Franquismo y omitida durante la Transición.
Asimismo, a través de la relación de los protagonistas, Moncho y don Gregorio, el filme nos sumerge en la España rural de principios del XX, en las relaciones sociales y personales que se vivían dentro de un pueblo en aquellos años y en la metodología de una educación paupérrima en recursos y basada en los principios de la Institución Libre de Enseñanza. En la película podemos apreciar dos tipos de pedagogía que, lejos de ser contraproducentes, se entremezclan y casan a la perfección.Por un lado vemos la pedagogía tradicional, propia de las escuelas rurales de principios del XX. En la relación entre don Gregorio con los niños de la escuela podemos observar los papeles claramente diferenciados, donde el maestro del pueblo se sitúa como figura de autoridad para alumnos y padres, imponiendo en el aula sus valores y normas. Aún así, don Gregorio demuestra no ser un maestro "al uso", distinto a lo que se espera de él en su época, pues nunca reafirma su posición mediante el castigo o la burla como armas, sino mediante la motivación a los jóvenes y la palabra como herramienta.
Pero además, esta película también es un claro ejemplo de una pedagogía personalista, en este caso entre los dos protagonistas: don Gregorio y su alumno predilecto, Moncho. En torno a ambos personajes gira toda la trama. Desde la primera escena se nos presenta al maestro como un docente atento, que toma al pequeño Moncho como su protegido y le enseña a comprender la naturaleza que le rodea en el mundo rural en el que está inmerso. En la escuela Rosalía de Castro, el maestro sigue una enseñanza laica y progresista. El niño aprende de él todo cuanto le rodea, desde los poemas de Antonio Machado hasta la anatomía de las mariposas.Por si aún no te han dado ganas de descubrir este clásico del cine español, o si como docente o alumno necesitas un "chute" de motivación para seguir con la tediosidad del día a día y los conflictos que van surgiendo, aquí te dejo la escena del discurso que don Gregorio da al pueblo entero sobre la libertad y la educación:
- Blanca Domingo
¡Hola Blanca! Leyendo esta entrada tuya sobre la recomendación de una película relacionada con la educación, me he acordado del nombre de "la enroscada trompa de las mariposas": espiritrompa. Aunque a mí nunca me gustó la historia, me gustaría poder volver a ser niña otra vez, para que tú me dieses clase, porque creo que serás una profesora que impartirá la historia de forma interesante.
ResponderEliminar